Myrmecina graminicola (Latreille, 1802)


Un examen detallado permite distinguir fácilmente esta especie de otras hormigas presentes en la Península Ibérica.

Las obreras miden entre 3 y 4 mm. Su coloración es predominantemente oscura, aunque los apéndices y, en ocasiones, otras áreas pueden presentar tonalidades anaranjadas.
La superficie del cuerpo exhibe una escultura rugosa bien desarrollada, con una marcada orientación longitudinal.
El peciolo presenta una forma aproximadamente cuadrangular tanto en vista lateral como dorsal, sin un nodo peciolar evidente.
En la cabeza, destaca una cresta occipital que se extiende lateralmente desde el occipucio hasta las mandíbulas. El clípeo presenta dos dientes en su margen anterior.


Fig. 1)  Obrera de M. graminicola en vista lateral


Fig. 2)  Obrera de M. graminicola en vista dorsal


Fig. 3)  Cabeza en vista frontal de una obrera de M. graminicola


Fig. 4)   Antena de una obrera de M. graminicola


Fig. 5)  Cabeza en vista lateral de una obrera de M. graminicola


Fig. 6)  Mesosoma y propodeo de una obrera de M. graminicola


Fig.7)  Propodeo, peciolo y pospeciolo de una obrera de M. graminicola


Fig. 8)  Espinas, peciolo y pospeciolo en vista dorsal de una obrera de M. graminicola


Fig. 9)  Detalle en vista dorsal del peciolo y pospeciolo de una obrera de M. graminicola


REFERENCIA:

Arcos, J.; Fede, G. 2023.
Hormigas de la Península Ibérica y Baleares. Barcelona. 490 pp.

Cryptopone ochracea  (Mayr, 1855)

Esta pequeña especie, de 3-4 mm, es inconfundible en el contexto ibérico por su color marrón amarillento, su aspecto estilizado y la presencia de una impresión semicircular en la base de las mandíbulas, visible en vista lateral. Es una especie sumamente rara, cuya biología permanece prácticamente desconocida.

En estas imágenes, podemos contemplar a una reina de esta especie.

Fig. 1) Reina de C. ochracea en vista lateral


Fig. 2) Reina de C. ochracea en vista dorsal


Fig. 3) Cabeza en vista frontal de una reina de C. ochracea


Fig. 4) Mandíbulas y clípeo de una reina de C. ochracea


Fig. 5) Antena de una reina de C. ochracea


Fig 6) Detalle de la impresión semicircular en las mandíbulas de una reina de C. ochracea


Fig. 7)  Mesosoma, propodeo y peciolo en vista lateral de una reina de C. ochracea


Fig. 8)  Gastro en vista lateral de una reina de C. ochracea



REFERENCIAS:

Arcos, J.; Fede, G. 2023.
Hormigas de la Península Ibérica y Baleares. Barcelona. 490 pp.

R. Vila y X. Espadaler.
Dos nuevas citas de cryptopone ochracea (mayr, 1855) en la Península Ibérica (Hymenoptera, Formicidae)

Diversidad de tamaños en las Hormigas Ibéricas

Las hormigas que habitan en la Península Ibérica presentan una gran variedad de tamaños, desde especies minúsculas de apenas 1 mm hasta otras de mayor envergadura, llegando hasta los 14 mm o más.

Esta diversidad está influenciada por diversos factores como la adaptación a diferentes nichos ecológicos, la disponibilidad de alimento y las estrategias de supervivencia de cada especie.

La diversidad de tamaños en las hormigas ibéricas contribuye a la riqueza biológica de nuestros ecosistemas y desempeña un papel fundamental en el funcionamiento de los mismos. Cada especie de hormiga tiene un papel ecológico específico y la coexistencia de diferentes tamaños permite una mayor explotación de los recursos disponibles.

En la imagen pueden verse una serie de ejemplares, los más representativos, a escala real, comparados con una moneda de 1 céntimo de euro. Todos los ejemplares pertenecen a la fauna de España.




Titanomyrma: Los Colosos Extintos de las Hormigas

La Titanomyrma gigantea es considerada una de las hormigas más grandes que jamás hayan existido. Las causas de su extinción aún son un misterio. Los fósiles encontrados que datan del periodo Eoceno, hace unos 50 millones de años, revelan que la reina de esta especie podía alcanzar los 6 centímetros de longitud, con una envergadura de alas de hasta 15 centímetros. ¡Imagina una hormiga del tamaño de tu mano!

En la imagen, podemos apreciar la descomunal diferencia de tamaño entre una Titanomyrma y un soldado de Messor barbarus, una de las hormigas más grandes que podemos encontrar hoy en día en la Península Ibérica. La ilustración de Sergio Ibarra y las fotografías de Paco Alarcón nos transportan a un mundo prehistórico donde estos insectos eran los verdaderos gigantes del reino de las hormigas.